Este piadoso sacerdote bretón, nació en Vannes, en 1758. Estudió en el seminario de dicha ciudad y fue ordenado allí mismo en 1782. Durante algún tiempo fue capellán de las Damas del Retiro. Cuatro años más tarde, se transladó a París, donde ingresó en la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl, cuyos miembros son bien conocidos con el nombre de Lazaristas. Antes de que terminara el noviciado, sus superiores le enviaron a enseñar teología en su ciudad natal. Durante la Revolución, el beato dio muestras del más extraordinario heroismo apostólico. Se negó a firmar el juramento de la Constitución y durante algún tiempo, tuvo que disfrazarse y esconderse. Finalmente, denunciado por un ateo, fue hecho prisionero, pero ni siquiera en la cárcel interrumpió su labor apostólica, pues se dedicó a escribir en defensa de la religión y a asistir corporal y espiritualmente a sus compañeros de prisión. Al oir su sentencia de muerte, se arrodilló a dar gracias a Dios. Fue guillotinado el l de marzo de 1796. Su causa de beatificación empezó a tramitarse en cuanto se restableció la paz. La beatificación tuvo lugar en 1934, y en el mismo año, las reliquias de Pedro Rogue fueron transladadas a la catedral de Vannes.
Ver L. Brétaudeau, Un Martyr de la Révolution a Vannes (1908); M. Misermont, Le bx. P. R. Rogue (1937), y los decretos de beatificación en Acta Aostolicae Sedis, vol. XXI (1929), pp. 564-567, y vol. XXVI (1934), pp. 304-308, 292-296, que incluyen una bibliografía selecta.