He aquí una figura de eremita urbano en la Umbría cristiana. Pedro Crisci, llamado popularmente «Pedrillo» (Pietrillo), nació en Foligno de un tal Pedro, de la familia de los Cresci, en fecha incierta, pero que puede aproximarse al año 1243. A la edad de 30 años vendió todos los bienes heredados de su padre, distribuyó el producto entre los pobres, y se fue a vivir al servicio de la catedral de Foligno, durmiendo en un pequeño hueco del campanario, en oración y ayuno.
No era raro encontrar en aquellas épocas, personas penitentes que decidían vivir al amparo de un templo, ofreciendo ssus servicios cuando hacían falta, sosteniéndose con la limosna, y llevando una vida casi eremítica en el contexto de la ciudad. Puesto que el beato Pedro Crisci vivió inmerso en el contexto d elso movimientos religiosos umbríos de la primera mitad del siglo XIV, fue acusado e investigado por la Inquisición. Su espiritualidad es cercana a la de Ángela de Foligno o a la de Clara de Montefalco, dedicadas a la más áspera penitencia. Realizó además, varias veces, peregrinaciones a Roma y Asís.
Pedro murió en Foligno el 19 de julio de 1323 en fama de santidad; el padre dominico Juan Giovanni Gorini di San Geminiano recibió del obispo Agneletti de Foligno el encargo de escribir la «Vita» o «Legenda» del santo, que es al presente la única fuente biográfica que poseemos.. El santo fue muy venerado durante todo el medioevo, e incluso en el siglo XIV los estatutos de Foligno insertaron su memoria como festivo, y eclesiásticamente de precepto; la feria del 19 de julio aun subsite en esa comuna. En mayo del 1400 el papa Bonifacio IX concedió indulgencia a quienes ese día o los tres siguientes visitasen la iglesia de san feliciano, en Foligno, dende se encontraban las reliquias del beato. En la actualidad su cuerpo, en una urna de madera tallada, se venera en la catedral de Fligno, en una capilla dedicada al santo restaurada en 1870.
Aunque por la aprobación del culto y por la propia inscripción en el Martirologio le corresponde el título de beato, es común nombrarlo como santo, e incluso la mencionada bula del 1400 así lo nombra, aunque no ha sido nunca canonizado formalmente.
Traducido para ETF y seleccionado de un artículo de Antonio Borrelli.