Era hijo del conde Guillermo Testardita, de la casa de Borgoña, y hermano del papa Calixto II. Nació en Quingey, junto a Besançon, el año 1060. Aún adolescente marchó a Bolonia para estudiar, y cuando supo que su padre estaba muy grave se puso en camino para volver a casa, pero en el trayecto se enteró de que su padre había muerto, y entonces le pidió al obispo de Pavia que lo alojara, y éste lo envió al monasterio benedictino de Ciel d'Oro. Aquí quedó prendado de la religiosidad y ejemplaridad de los monjes y pidió la admisión. Tras profesar siguió su preparación al sacerdocio. Estaba ya ordenado cuando el obispo de Pavia, Guido Pipario, lo envió como legado suyo al concilio de Gustarla, que presidía el papa Pascual II, el año 1106, con la cuestión gravísima de las investiduras de por medio.
No se sabe qué año fue elegido obispo de Savona, seguramente hacia 1123. Resultó ser un obispo reformista, alineado en la corriente que quería a todo trance una profunda reforma de la Iglesia, llamando al clero y a los fieles a una más profunda adhesión a los principios del evangelio y defendiendo la libertad de la Iglesia. Se encontró Savona dividida en varios bandos y trabajó cuanto pudo por el logro de la paz civil. También influyó para que el ordenamiento legal de la ciudad se ajustase a la justicia y a la razón, mirando por el bien de todos. Murió el 6 de agosto de 1132, sobreviviendo varios años a su hermano el papa, que había dado un fuerte impulso a la reforma con el concilio lateranense de 1123. Pío VI aprobó el culto, concediendo a Savona, el 6 de agosto de 1783, oficio y misa del beato.