El culto del beato fue aprobado en 1744, pero los cartujos y los agustinos le tenían, desde mucho antes, en gran veneración. Nicolás Albergati era un boloñés de buena familia. Había empezado a estudiar leyes, pero a los veinte años decidió entrar en la cartuja. Llegó a ser superior de varias casas y, en 1417, fue elegido obispo por el clero y el pueblo de Bolonia. Nicolás se vio obligado a aceptar el cargo por orden de sus superiores. Conservó durante toda su vida la austeridad monástica. Vivía en una modesta casita e iba, con frecuencia, a visitar a los pobres. El papa Martín V y sus sucesores en la Cátedra de San Pedro le confiaron varias misiones diplomáticas de importancia, que el beato desempeñó con gran éxito. En 1426, recibió el capelo cardenalicio. Se lo confirió Tomás Parentucelli de Sarzana, su antiguo discípulo, que al ser elegido papa -con el nombre de Nicolás V-, no olvidó la gratitud y la veneración que de niño le había profesado.
El cardenal Albergati gozaba de gran fama de mediador; el papa le envió a diversas cortes de Italia y del extranjero a negociar la paz, y el éxito con que ejerció sus funciones le mereció el título de «el ángel pacificador». Como legado pontificio, el beato tomó parte con el Concilio de Ferrara, y la reconciliación de los griegos, en Florencia, se debió en gran parte a él. El papa Eugenio IV le profesaba gran estima, le consultaba con mucha frecuencia, le nombró penitenciario mayor y fue a visitarle muchas veces cuando se hallaba enfermo. El beato Nicolás murió en Siena, durante una visita a un convento de los agustinos, de los que era protector. Aunque era inaudito que un papa acudiese a las exequias de un cardenal, Eugenio IV asistió al entierro del purpurado Albergati en Bolonia. El beato fue un gran protector de la cultura y escribió varios libros.
En Acta Sanctorum hay una extensa bibliografía y un panegírico (mayo, vol. II), Pueden verse otros panegíricos en Analecta Bollandiana, vol. VII (1888), pp. 381-386. Le Couteulx, Annales Ordins Cartusiensis, vol. VII, consagra un largo artículo al beato. Véase, Pastor, Historia de los Papas, vol. II. N.ETF: reproduzco el artículo, sin embargo tengo dudas con la frase «En 1426, recibió el capelo cardenalicio. Se lo confirió Tomás Parentucelli de Sarzana...», es verdad que Tomás Parentucelli (Nicolás V) fue discípulo del beato Nicolás, pero no fue papa sino hasta 1447, por lo que no se entiende cómo le pudo haber conferido el capello cardenalicio en 1426, salvo que quiera decir que le hizo entrega, no que se lo haya dado con su autoridad.