Matías nació en Cuzusa, Japón, el año 1571 y se dice que a los catorce años ingresó en la Compañía de Jesús, que lo destinó a la catequesis, encargo que cumplió con gran celo y eficacia. llegada la persecución, fue puesto al servicio del P. Provincial, que lo consideraba como persona de la mayor confianza para llevar las cartas y comunicaciones a los misioneros y las comunidades perseguidas. Ésta sería la causa de su martirio, pues dicha actividad de ayuda a los misioneros estaba severamente prohibida. Descubierto cuando llevaba consigo ropa de iglesia, en el interrogatorio que se le hizo se buscaba que denunciara los nombres y el paradero de los misioneros y renegara de la fe cristiana. Como Matías se negaba tenazmente, fue atormentado de diversos modos. Primero le fueron propinados puñetazos y patadas, luego con un embudo le hicieron tragar agua hasta que ya no le cabía más en el vientre y arrodillándose encima de él se la hacían soltar en medio de las mayores fatigas, luego le echaron plomo fundido en las espaldas, lo que le dejó en estado de extrema debilidad. Como ninguno de estos tormentos ablandó su firmeza, lo condenaron a ser crucificado y lo devolvieron a la cárcel. Estaba muerto el 22 de mayo de 1620 cuando fueron a buscarlo. Fue beatificado el 7 de julio de 1867.