El beato padre Santiago Cusmano nació en Palermo, Italia, el 15 de marzo de 1834. Huérfano de madre a la corta edad de tres años, fue educado por su hermana mayor Vincentina. Desde la infancia mostró una gran sensibilidad ante el sufrimiento de los demás. Después de completar sus estudios superiores en el Colegio Máximo de los Jesuitas, se matriculó en la Facultad de Medicina, graduándose a los 21 años. Rápidamente se convirtió en el «médico de los pobres», por su generosidad y abnegación.
Pero la voz de Dios, cada vez más imperiosa, instaba al joven médico a complementar y enriquecer aun más la noble profesión con su dedicación y consagración total a Dios, y por él, a los pobres. Abraza el estado eclesiástico y el 22 de diciembre de 1860 es ordenado sacerdote. El 21 de febrero 1867 da inicio a la Asociación del Bocado de los Pobres, compuesta por sacerdotes y laicos de ambos sexos, bajo la presidencia del Arzobispo de Palermo, Mons. Naselli, que bendijo la obra y, después de la aprobación pontificia, la instituyó canónicamente en 1868.
El 23 de mayo de 1880, Fiesta de la SS. Trinidad, vistió a la primera Hermana. El 4 de octubre de 1884 da el hábito a los primeros hermanos, y el 21 de noviembre de 1887 reune en comunidad a los misioneros que desde hacía tiempo se le habían unido trabajando para los pobres: funda así oficialmente las dos congregaciones de las Siervos y de los Siervos de los Pobres. Abre hospitales, hogares de ancianos pobres y abandonados y huérfanos. Le llaman el «Padre de los Pobres». Murió el 14 de marzo de 1888 en Palermo, con fama de santidad, querido por todos, sin distinción de clases sociales, ideologías o partidos. Fue beatificado por SS Juan Pablo II el 30 de octubre de 1983. La obra por él fundada se extiende hoy, además de en Italia, por Rumania, América (Estados Unidos, México, Brasil), África (República Democrática del Congo, Camerún, Uganda), y Asia (Filipinas y la India).
Traducido para ETF de un artículo de Silvestre Terranova.