D. Germán Gozalvo Andréu, el más joven de los sacerdotes valencianos mártires, nació en Torrente el día 30 de agosto del año 1913. A los once años ingresó en el Colegio de Vocaciones de Valencia, y cursó en dicho Colegio seis años de estudios. El año 1930, ingresó en el Colegio del Corpus Christi, tras haber conseguido beca por oposición, luego fue ordenado Presbítero el 14 de julio de 1936. Esperaba marchar a unos cursillos de Acción Católica, en Santander, cuando estalló la guerra. Como se prohibió el culto, el señor Cura encargó al novel sacerdote (creyendo que su juventud le merecería benevolencia, y siempre más disimulo) el administrar sacramentos a los enfermos y atender en lo posible a las almas. Así lo hizo, valiente y generosamente, varios días, hasta el 29 de agosto, en que se presentaron unos milicianos en su casa paterna, requiriéndole a que les acompañase al comité, donde habían de hacerle «dos preguntas». Salió convencido de su martirio, pues dos días antes decía a unos jóvenes amigos: «Ha llegado otra vez la hora de los mártires; a ver quién es digno de tal gloria. Yo estoy dispuesto». Del comité pasó a la cárcel del distrito, donde siempre dió muestras de resignación y fué aliento para los candidatos al martirio. En la noche del 21 al 22 de septiembre, después de un horripilante interrogatorio por parte de unos improvisados jueces, fue llevado, con dos sacerdotes más, al local de la C.N.T., donde les propinaron una terrible, casi mortal, paliza. Inmediatamente, y a empellones, le metieron en un coche, del que les apearon a mitad de la carretera de Monserrat, y donde, después de confesarse entre sí, mientras daban gritos de «¡Viva Cristo Rey!», fueron fusilados.