El día 12 de julio de 1541 fue ajusticiado en St. Thomas Waterings el caballero de Malta David Gunston o Gonson, acusado de traición al rey, pero en realidad fue a causa de su fe católica. Era hijo de William Gunston, vicealmirante de la flota inglesa y tesorero de la Marina. Había ingresado en la Orden de Malta y había estado en la isla de Malta hasta que por asuntos de la misma Orden tuvo que volver a Inglaterra. Enrique VIII había decidido suprimir la Orden en Inglaterra y apoderarse de todos sus bienes. Para ello llevó una ley al Parlamento que se la aprobó el 10 de mayo de 1540. Para entonces David ya había vuelto a Inglaterra.
Todo hace suponer que David no ocultaba el juicio religioso que le merecía la conducta del rey, al arrogarse la supremacía en materia religiosa, negar el primado universal del papa y reformar la religión a su gusto. En Malta ciertamente David no había dudado en calificar al rey de hereje por negar el primado del papa. Como negar la supremacía religiosa del rey era considerado delito de traición (ley 26, cap. 13), David fue formalmente acusado de traición el 8 de octubre de 1540 ante el Consejo Privado por sir John Stony, basándose en una declaración de un tal Philip Babbington. Como resultado David fue arrestado y encerrado en la Torre y el día de la Trinidad de 1541 fue procesado. A las acusaciones de haber hablado mal del rey y de negar su supremacía religiosa se añadió la de haber dicho que del Papa no se puede apelar a nadie en la tierra y desde luego no al rey. Ha habido discusiones sobre el tenor literal inglés de las palabras de David, pero lo que queda claro es que para él en materia religiosa las apelaciones eran al Papa, como cabeza de la Iglesia, y no al rey, a quien debían hacerse.
David fue sentenciado a muerte como traidor, entregado al mariscal y llevado a la cárcel de Marshalsea, de donde fue llevado al lugar de la ejecución. Fue beatificado el 15 de diciembre de 1929 por Pío XI.