Pero en invierno de 1941 llegó una orden de arresto, luego de que él promoviera una representación teatral donde mostraba cómo iban a terminar los cristianos en la Segunda Guerra Mundial. «Por un testigo ocular se sabe que al terminar la representación llegó la Gestapo, y él tuvo que anotar los nombres de todos los presentes. El capellán Andritzki estaba ya siendo particularmente vigilado, tanto que a la amenaza siguió la convocatoria en el cuartel y después el arresto», señala el Dr. Andrés Ambrosi, postulador de la causa de beatificación. Después del arresto el padre Alois permaneció bajo custodia cautelar.
Luego fue remitido por la Gestapo a la carcel política de Dresde, donde permaneció dos meses. Supuestamente ya había pagado su "condena" pero en lugar de salir, fue llevado al campo de concentración de Dachau.L a familia apeló a la justicia. Su padre, Johann Andritzki, escribió una conmovedora carta a la oficina de alta seguridad de Reich de Berlín, en la que pedía que su hijo fuese liberado porque ya no había más cargos contra él. Pero el esfuerzo fue en vano.
Su testimonio parecía un bálsamo para los que estaban en el campo de concentración: «En el terror en el cual todos vivían en el campo de concentración de Dachau se decía de Alois que quien lo veía en la mañana, permanecía lleno de alegría toda la jornada», continúa Ambrosi. Está claro que Andritzki testiomoniaba la fe con todo ardor, y eso lo hacía peligroso para el régimen. Fue asesinado el 3 de febrero de 1943. La causa de la muerte, según los informes de la Gestapo, fue el tifus abdominal, pero en realidad después de que se recuperó en la enfermería le pusieron una inyección letal.
Redactado para ETF a partir de la noticia publicada por Carmen Elena Villa en Zenit.