Nace en Luca, Italia el 17 de enero de 1789. Segunda entre siete hermanos, fue educada cristianamente por sus padres. La educación materna contribuyó en modo particular para formar un corazón abierto y sensible hacia los infelices. La muerte del padre y de 3 hermanos en la adolescencia deja profundas marcas en su vida, ayudándola a madurar y tener una mayor comprensión del dolor.
María Dominica experimenta todos los estados de vida que una mujer puede experimentar en a Iglesia: esposa, madre, viuda, fundadora y religiosa de su congregación. A la edad de 22 años se casa con Salvador Barbantini, el cual fallece repentinemante, dejándola en espera de un hijo. Con gran fe, en este momento se consagra a Cristo Crucificado. El amor al Crucificado conduce a María a dedicarse a los enfermos más necesitados de su ciudad.
El nacimiento de su hijo Lorenzo trajo gran alegria a su corazón, sin embargo un presentimiento doloroso se hizo realidad y a la edad de 8 años el niño fallece. En esta lucha interior, ella decide dedicarse totalmente al servicio de los enfermos. A los 28 años funda la «Pía Unión de Caridad», obra centrada en la espiritualidad de la Virgen de los Dolores.
A pedido de su confesor asume la fundación del Monasterio de clausura de la Visitación. Una vez terminada la obra, María Dominica, debe realizar un difícil proceso de discernimiento: quedarse como religiosa de clausura o continuar la asistencia a los enfermos. Confirmada en la dedicación a los enfermos, se dedica con todas sus fuerzas a este proyecto y el 23 de Enero de 1829 funda el Instituto de las Hermanas Oblatas Enfermaras de Nuestra Señora de los Dolores. El 23 de marzo de 1852 el Papa Pio IX aprueba el Instituto con el nombre de «Ministras de los Enfermos», agregadas desde diez años antes a los religiosos hijos de San Camilo de Lelis.
María Dominica falleció el 22 de mayo de 1868, a los 79 años de edad, y recibió sepultura en el oratorio de Mammoli. Sus restos fueron luego, en 1898, trasladados a una capilla de la Iglesia de la Santísima Trinidad, en Lucca. Fue beatificada el 7 de mayo de 1995 por SS. Juan Pablo II.