Nació en el Molino de San Isidro, en el barrio valenciano de Ruzafa, el 3 de diciembre de 1890. Su vida discurrió en Massanassa, siendo educada cristianamente y trabajando desde su adolescencia como modista para colaborar en la economía familiar muy deteriorada por la muerte prematura de su padre y la enfermedad de su madre que quedó paralítica. Sus muchas horas de trabajo no le quitaron, sin embargo, la voluntad de hacer mucho apostolado, todo el que le fue posible como militante cristiana. Fundó en su parroquia los Jueves Eucarísticos, y asimismo colaboró en la fundación del Sindicato de la Aguja. Daba clases de corte y confección y hacía todo el bien que podía a las aprendizas. Preparaba con mucho celo a los enfermos a recibir los sacramentos. Estas cualidades y estas obras son las que provocaron que fuera odiada por los enemigos de la religión. El 19 de septiembre de 1936 fue fusilada en Benifaió, no sin antes haberle arrancado la lengua para que no siguiera dando vivas a Cristo Rey. Fue beatificada el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II en la ceremonia conjunta de los 233 mártires de la persecución religiosa en Valencia.