La historia del martirio en defensa de la pureza de santa Maria Goretti o de la beata Pierina Morosini, en Italia, tiene analogías en otras partes del mundo cristiano; este es el caso de la beata Carolina Kozka en Polonia.
Nació el 2 de agosto de 1898 en Wal-Ruda (Tarnow), en una familia campesina, pobre, humilde y numerosa, y es en este entorno rural en el que madura su santidad, fruto de la época y de la región en la que vivía. Ya de jovencita sigue la guía de su padre espiritual Ladislao Mendrala, quien la inserta en la vida activa de la parroquia de la aldea; emplea su tiempo libre en enseñar el catecismo a sus hermanos y hermanas, y también a los niños de las casas vecinas, así como ayudando a los ancianos y enfermos.
En mayo de 1914 recibió el sacramento de la Confirmación y seis meses más tarde, el 18 de noviembre, en medio de la I Guerra Mundial, en el frente oriental que vio a Rusia invadir alternaativamente a Prusia y a Polonia, Carolina fue atacada por un soldado ruso y arrastrada al bosque de Wal-Ruda por la fuerza; pero con la misma fuerza se opone a la violencia sexual y por ello fue asesinado, con sólo dieciséis años. Su cuerpo fue encontrado sólo dieciséis días después, el 4 de diciembre, y fue enterrado en el cementerio de la parroquia; su martirio causó un gran revuelo entre los habitantes de la región y el 18 de junio de 1916, cerca de la iglesia de Zabawa, se bendijo un monumento a su memoria, así como luego, en el lugar del crimen, en los bosques, se colocó una cruz. Fue beatificada por SS. Juan Pablo II el 10 de junio de 1987 en Tarnów, en Polonia.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli para Santi e Beati.