Al inicio de los años cuarenta, dentro de la dinámica que se creó bajo el impulso de Pío XI nacieron en Europa movimientos de evangelización de adultos pertenecientes a las clases medias, alta burguesía y a la aristocracia, que por su preparación y capacidad tenían un peso determinante sobre la vida nacional e internacional. La experiencia, desarrollada gracias a la obra de algunos antiguos miembros de la Juventud Independiente Cristiana Internacional (ver pág. 201), tuvo sus puntos de partida en Francia y en Italia, pero rápidamente se difundió en otros países europeos y en América del Norte.
Animados por Juan XXIII los movimientos que pertenecían al MIAMSI se dotaron de una Carta común y de estatutos.
Ya reconocido por la Santa Sede en el año 1963, el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento del MIAMSI como asociación internacional de fieles, el 1 de enero de 2005, según las normas canónicas vigentes.
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- Identidad
- El MIAMSI, que se reconoce en la tradición de la Acción Católica especializada y en su pedagogía de “revisión de vida”, reúne movimientos constituidos por personas con responsabilidades profesionales, económicas, sociales, políticas, culturales, que trabajan para transformar las mentalidades y las estructuras de la sociedad según los valores del Evangelio y para hacer presente la Iglesia en la comunidad de las Naciones. En el compromiso de sus miembros son prioritarios el anuncio de Jesucristo; la promoción y la tutela de la dignidad y de los derechos del hombre; la promoción de la paz, de la solidaridad y de la justicia. La pedagogía del Movimiento, alimentada por la meditación de la Escritura dirigida a asegurar la relación entre fe y vida, se concreta en el método “ver, juzgar, actuar” aplicado a temas anuales de reflexión y de acción en los distintos países.
- Estructura
- Órganos del MIAMSI son la Asamblea general, formada por los delegados de los movimientos miembros que se reúne cada cuatro años y tiene una función apostólica y administrativa; el Equipo internacional, elegido por la Asamblea general y constituido por el Presidente internacional, cuatro vicepresidentes respectivamente por África, América Latina, Asia y Océano Indio, un Secretario, un Tesorero y el Asistente eclesiástico.