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Apocalipsis (de Juan)

La Parola di Dio

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Apocalipsis (de Juan) 6

  1. 1
    Y miré cuando el Cordero hubo abierto el primer sello, y oí al primero de los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno: Ven y ve.
  2. 2
    Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió victorioso, para que también venciese.
  3. 3
    Y cuando él hubo abierto el segundo sello, oí al segundo animal, que decía: Ven y ve.
  4. 4
    Y salió otro caballo bermejo, y al que estaba sentado sobre él, le fue dado poder de quitar la paz de la tierra; y que se maten unos a otros; y le fue dada una gran espada.
  5. 5
    Y cuando él hubo abierto el tercer sello, oí al tercer animal, que decía: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que estaba sentado encima de él, tenía un yugo en su mano.
  6. 6
    Y oí una voz en medio de los cuatro animales, que decía: Un cheniz de trigo por un denario, y tres chenizes de cebada por un denario; y no hagas daño al vino, ni al aceite.
  7. 7
    Y cuando él hubo abierto el cuarto sello, oí la voz del cuarto animal, que decía: Ven y ve.
  8. 8
    Y miré, y he aquí un caballo verde; y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el infierno le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra.
  9. 9
    Y cuando él hubo abierto el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que ellos tenían.
  10. 10
    Y clamaban a alta voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, Santo y Verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra?
  11. 11
    Y les fueron dadas sendas ropas blancas, y les fue dicho que aun reposasen todavía un poco de tiempo, hasta que sus compañeros consiervos, sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos fuesen cumplidos.
  12. 12
    Y miré cuando él hubo abierto el sexto sello, y he aquí fue hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna fue hecha toda como sangre.
  13. 13
    Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra; como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento.
  14. 14
    Y el cielo se apartó como un libro que es envuelto; y todo monte e islas fueron movidas de sus lugares.
  15. 15
    Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las piedras de los montes;
  16. 16
    y decían a los montes y a las piedras: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero;
  17. 17
    porque el gran día de su ira es venido, ¿y quién podrá estar delante de él?